Maicol era un cuis que ten�a problemas mentales en el cerebro. Su mam� hab�a experimentado con drogas duras y vendido frenos para autos mientras �l estaba en su panza. Esto llev� a que al nacer le faltara un pedazo de cabeza y los m�dicos, al no haber visto nunca un caso tal, improvisaran poni�ndole galletitas en el hueco que faltaba. Por eso ten�a problemas mentales, sobre todo porque algunos chips de chocolate se le hab�an empezado a meter adentro del cerebro.
Maicol viv�a en una casita en forma de hongo, pero que no era un hongo, a pesar de que tuviera un tama�o mas o menos chico y que, ponele en un mundo de fantas�a, el hongo fuera lo suficientemente grande como para que el tuviera una mesa y una cocina adentro. No, �l era un cuis normal y era fana de los hongos, y se hab�a mandado a hacer una casa de cemento, pero con forma de hongo. Adentro ten�a dos sillas, un cuadro, una mesa, tres cocinas, dos vasos y quince cepillos de dientes.
Ya en edad de madurez, a los cinco a�os, Maicol decide irse de su casa buscando su prop�sito en la vida. Su mam� no lo extra�� mucho porque justo estaba viendo la tele y se olvid�, y pap� no ten�a, porque hab�a nacido en un milagro de esos. O sea que nadie lo iba a extra�ar.
Lo primero que hizo al alejarse lo suficiente de su casa fue agarrar dos ramas del piso y pon�rselas en la cabeza, con cinta scotch, porque en realidad el quer�a ser un ciervo (porque ten�a problemas mentales). Con las ramas en la cabeza sigui� camino y cruz� el r�o, donde se encontr� con Jes�s, el narval.
-�Qu� haces aqu� en estas aguas?- le pregunt� Maicol al narval- Los narvales como t� pertenecen al oc�ano �rtico, y estamos en Philadelphia, capital del queso untable.
-S� �Y?- le contest� Jes�s.
-�Es que te has perdido?
- No, sab�s que no
- �Y entonces por qu� est�s aqu�?
- Vacaciones. Estoy alquilando un derpa ac� a unas cuadras, pero sab�s que me est� matando, porque si salgo del agua me muero� pero si no voy me da la sensaci�n de que estoy pagando al pedo.
- Oh, que terrible dilema � contest� Maicol preocupado- Toma. Toma esta galleta que es parte de mi cabeza. C�mela y te har� sentir mejor.
El cuis se arrim� a la orilla y el narval agarr� la galletita con la boca.
-Gracias, dijo Jes�s.
Maicol intent� cerrar los ojos y sonre�r, pero como era medio retardado, en vez se le cay� un moco, y decidi� seguir su camino.
Cuando estaba ya lejos escucha un grito de Jes�s que le dice:
-�Vas para all�?
- S�, contest� feliz Maicol
- Llevame esta!
Maicol no entendi� que era exactamente lo que quer�a que le llevara, as� que se encogi� de hombros y sigui� caminando.

Por d�as vag� por la llanura hasta que lleg� a un bosque, lleno de �rboles y de animales y de impresoras l�ser y de cosas de color fucsia. Los animales que estaban ah� llevaban corbata y esperaban ansiosos a que salieran las hojas de las impresoras.
-Que lugar tan curioso, se dijo Maicol a s� mismo.
Un cocodrilo que trabajaba cerca de donde estaba �l le pregunt� si necesitaba algo.
-S�, me encantar�a saber que este maravilloso lugar.
-Una oficina, es obvio- dijo Johnston el cocodrilo- somos parte del Comit� del Bosque Pro Futuro y en Contra de los Robocs (CBPFCR). Trabajamos d�a a d�a para prevenir el inminente ataque de los robocs con forma de lancha.
-�Eso es terrible!, exclam� el cuis.
-S�, as� es. Pero lo manejamos bastante bien, eh. Nos pasamos los d�as imprimiendo cosas color fucsia y peg�ndolas en los �rboles, porque as� es como Antonio Banderas lo orden�. �l nuestro l�der y es el que nos cont� sobre los robocs. �l es el que nos llevar� a la salvaci�n.
-Suena interesante, dijo Maicol mientras intentaba llevarse la mano al ment�n, y le erraba llev�ndosela a la oreja.
-S�. Deber�as conocerlo. Antonio Banderas vive a 50 millas pasando el monte, adentro de un ascensor.
Johnston el cocodrilo agarr� una hoja de impresora, dibuj� un mapa y se lo entreg� a Maicol. As� fue como el cuis emprendi� camino hacia la casa de Antonio Banderas, no sin antes entregarle un poco de galletita al lagarto.

Habiendo ahora salido del bosque, Maicol se dio cuenta que ten�a un cacho de hambre, porque hac�a dos semanas que no com�a. La panza le hac�a ruido.
Desesperado porque no ve�a ning�n quiosco cerca, se arrodill� y le pidi� a Dios que le diera algo de comida, porque sino se iba a morir y no ten�a muchas ganas.
El cielo se abri�, los p�jaros volaron, y una mano gigante baj� del cielo con una caja. La mano volvi� al cielo y todo sigui� como estaba. Muy curioso Maicol fue corriendo a ver que hab�a adentro de la caja. La abri� y adentro hab�a un pul�ver, $2 y un espejo.
Mordi� los $2 para asegurarse de su autenticidad y los guard� en su ri�onera con forma de ri��n. El pul�ver se lo puso, a pesar de que hac�a 35 grados, porque era un regalo de Dios y no daba rechazarlo, y adem�s ten�a la cara del Pato Lucas y a �l le ca�a mas o menos simp�tico, a pesar de los esc�ndalos con las drogas que eran de p�blico conocimiento. Pero fue el espejo lo que lo desconcert�. �Para que querr�a mirarse en el espejo en este tiempo de necesidad? Lo sac� de la caja y se mir� la cara:
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh,- se dio cuenta el boludo, cuando not� que parte de su cabeza estaba hecha de galletita. Mir� para arriba y gui�� un ojo abriendo la boca.
A continuaci�n se sac� un pedazo de oreja y lo comi� sentado en una roca, mientras miraba el atardecer.
Ahora lleno de oreja de galletita, Maicol volvi� a caminar con energ�as hacia la casa de Antonio Banderas.
Ya hab�a pasado el monte hace rato, pero no ve�a ninguna casa-ascensor cerca. Decidi� mirar el mapa nuevamente cuando not� una nota al pie de la hoja. �Cuando encuentres la cruz amarilla en el piso, hac� el gesto de tocar un bot�n, y el ascensor va a bajar y ah� estar� Antonio Banderas.
S�, efectivamente a 2 millas claramente se ve�a la cruz amarilla. Lleg� e hizo el adem�n de bot�n, y vio c�mo de una gran altura bajaba un cub�culo negro.
Se abrieron las puertas y enfrente de �l vio a un ciervo en mangas cortas.
-��Antonio Banderas?? pregunt� decepcionado Maicol.
- S�, efectivamente... Ah, ya se lo que pasa. Vos pensabas que ibas a encontrarte con Antonio Banderas el actor espa�ol. Pero no, yo soy el verdadero Antonio Banderas, el otro es tan solo un roboc que puse ah� para distraer la atenci�n.
- �Pero en el bosque me dijeron que los estabas protegiendo de los robocs!
- Te voy a confesar un secreto, de ciervo a ciervo, en realidad la amenaza roboc no existe. Los animales esos me rompieron tanto las bolas que les hice creer que la posta era que se quedaran en el bosque pegando dibujos fucsias y que as� se iban a salvar. Y en realidad en parte es cierto, porque est�n a salvo de los robocs, pero no por pegar cosas en los �rboles. Y adem�s soy un zombie.
Ah� es cuando le cay� la ficha a Maicol de cu�l era su prop�sito en la vida: ser el asistente personal de Antonio Banderas, un ciervo zombie.
As� que le dej� su curr�culum y se fue.

Maicol muri� al d�a siguiente cuando, esperando la contestaci�n, una urraca le comi� la parte de galletita de su cabeza y se convirti� en zombie �l tambi�n.
Y no hubiese habido problema de no ser por el jaguar que vino y se lo comi� para robarle el pul�ver.

Antonio Banderas se decidir�a d�as despu�s a contratar a Julio Verne, un mapache con tres orejas, para el puesto de asistente.
Le hab�an ca�do bien las tres orejas, dijo.


*los narvales son animales asombrosos
**arriba en una de las crucecitas hay muchos mas cuentos pelotudos
posteado por SrKaito   # 4:20 AM